Sofía Ayil Sierra, secretaria general del organismo universitario. Joaquín Chan

No hemos retrocedido

Nota del Diario de Yucatán (5 de junio de 2018)

Del liderazgo de Sofía Ayil Sierra, la Asociación de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Uady  vive su mejor momento en sus 44 años y en dos períodos logró la actualización de 49 cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo, algo que jamás habían logrado otros secretarios generales del sindicato.

Otro precedente que logró la maestra en Derecho Laboral fue la primera huelga prolongada contra la Uady en 2015, un movimiento que sacudió a la élite universitaria, trabajadores, sociedad y justicia laboral.

Entrevistada con motivo de su reelección para un tercer y último período de dos años, la maestra Ayil Sierra también diferencia el trabajo sindical de la Autamuady con el de la Apauady (sindicato de maestros que afronta severa división por presuntos malos manejos de recursos).

En primera instancia destaca que la estructura de la Autamuady es muy diferente al otro sindicato. El que ella encabeza tiene como órgano máximo una asamblea democrática donde todos tienen voz y voto.

Se trata de un órgano colegiado masivo que decide lo que se tiene que hacer, le rinde un informe financiero y de actividades, publica en su gaceta informativa el movimiento económico y aclara las dudas que se presenten.

Además, en la Autamuady el secretario general sólo puede permanecer seis años como máximo. Cada período es de dos años y se somete a votación si permanece o no en el cargo en cada plazo.

“La huelga de 25 días nos impulsó y nos dio respeto ante las autoridades”, comenta Sofía Ayil. “A raíz de esa huelga aprendimos a trabajar con la universidad siempre buscando el diálogo, no la confrontación y nos ha funcionado”.

“En cuatro años logramos la modificación de 49 cláusulas a favor de los trabajadores. No hemos tenido ningún retroceso, al contrario, logramos prestaciones que mis antecesores habían añorado y que hoy son una realidad. Por ejemplo, el servicio médico vitalicio para las viudas, antes sólo te daban el servicio de acuerdo con la antigüedad del trabajador, ahora es vitalicio, es un gran logro”.

Otros logros en su gestión son la actualización de montos en las becas, vales de despensa, ayuda de renta, ayuda de transporte y el establecimiento de un bono escolar único, una prestación nueva que con el paso de los años mejorará.

“Siempre estamos buscando el beneficio de los agremiados y hemos avanzado en muchas cláusulas que no se había podido mover. Mi reelección significa mucha responsabilidad, tengo deseos de dejar el mejor legado para el sindicato y por deseos de servir no pararé”.

Ella reconoce que no es fácil conciliar los intereses y lograr la unidad plena porque la Autamuady tiene 789 trabajadores registrados en el padrón de la Junta de Conciliación y Arbitraje y una bolsa de trabajo de 286 personas.

Aunque siempre trata de lograr consensos, de permitir la expresión de opiniones y de tomar las críticas positivas, rendir cuentas claras y organizar eventos para la integración sindical y familiar, explica. Ahora mismo está en plena organización del torneo de pesca 2018, donde participarán 28 lanchas con equipos de seis personas cada una. (Continuará).— Joaquín Chan Caamal

Ella dice que una de las ventajas de las asambleas democráticas de su sindicato es que si trabajas bien, te manifiestan su apoyo, si trabajas mal, ellos mismos te separan. Además, como son asambleas participativas, los afiliados te dicen hacia dónde irás, no se hace nada si la asamblea no lo aprueba.

De hecho, en cada revisión o decisión la asamblea se entera primero, aprueba el proyecto y después se negocia. No se toman decisiones personales, sino colectivas.